Nos conocimos en el tiempo y el lugar más desprovisto de posibilidades. Había viajado durante cinco horas para librarme de las responsabilidades por un fin de semana. Tomé mis cosas, me recorte el cabello, la barba, me depilé la verga y me saqué del culo todos los restos de comida procesada para evitar que al llegar se me fuera una oportunidad de coger por culpa de mi pulcritud. Finalmente llegué: harto de la semana que había trabajado. Cansado de la responsabilidad de cuidar a mi familia, y a mí mismo. Estaba buscando deshacerme de eso por lo menos durante unos días. Hice check-in en mi hotel y revisé la cara de la encargada. Al parecer no había tenido sexo por lo menos durante un mes. Y si lo había tenido, había sido muy malo. Aproveche para pedir un vodka con agua tónica en el room service y me desvestí. Me tiré en la cama boca arriba con los brazos extendidos y pude sentir que en ese colchón habían pasado muchas parejas, haciendo múltiples posiciones,y provenientes varios lugares...