Hace un año, comencé a fotografiar la vida nocturna y el movimiento drag en esta ciudad. Gracias a la experiencia que eso me ha traído, he podido conocer artistas increíbles, de ver performances espectaculares, y ser testigo de su crecimiento. Para mucha gente mi trabajo puede quedarse en eso: tomar fotos. Pero para mí, se trata de congelar el tiempo que quisiera que fuera eterno; ese segundo cuando la gente se olvida de su trabajo, de la política, de las críticas, de los miedos y decide ser libre, bajo el manto que solo la noche y la complicidad de otros ofrece. Es guardar los momentos que jamás se repetirán, cuando nosotros, que ahora somos jóvenes nos hayamos convertido en viejos; veremos como un recuerdo del momento en el que decidimos ser libres, inspirar a otrxs a serlo y ser valientes, en una sociedad que creíamos cerrada; pero que poco a poco se ha ido abriendo a la experiencia que ofrece la otredad que significamos. Fotografiar por un año es un trabajo de archivo histórico, es...